miércoles

Soñando ser alguien diferente...

Después de la fiesta se sentó en el muelle que había al lado de su casa.
Sosteniendo sus piernas con el brazo izquierdo y los globos con la mano derecha empezó a llorar, allí, en la soledad absoluta. Tan sólo el mar y el cielo le hacían compañía, ante un cielo que anunciaba lluvia.

No quería hablar con nadie. Se sentía vacía, triste, fría... No había ni un gramo de optimismo en su ser; nada andaba bien. No quería ser lo que era, no quería estar donde estaba, no quería tener el dinero que tenía, no quería todo aquello que tenía. Solamente quería ser libre, libre para soñar, para volar, para conocer gente nueva que no se amistara con ella por sus posesiones. Quería que la aceptasen por cómo era ella, por lo que ella quería ser.

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