
No quería hablar con nadie. Se sentía vacía, triste, fría... No había ni un gramo de optimismo en su ser; nada andaba bien. No quería ser lo que era, no quería estar donde estaba, no quería tener el dinero que tenía, no quería todo aquello que tenía. Solamente quería ser libre, libre para soñar, para volar, para conocer gente nueva que no se amistara con ella por sus posesiones. Quería que la aceptasen por cómo era ella, por lo que ella quería ser.
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